Chicago no es solo un musical, es una parte integral del vibrante tapiz de Broadway, que lleva décadas deslumbrando al público con su esplendor. Ambientada en los locos años veinte, esta legendaria producción muestra el encanto y la crudeza de la época a través de una sensacional mezcla de música, baile y narración. Desde su reposición en 1996, Chicago se ha convertido en un clásico de la escena teatral de Nueva York, llevando una pizca del glamour de la era del jazz a espectadores de todo el mundo. Con su cautivadora historia y su encanto atemporal, no es de extrañar que este musical siga siendo una visita obligada para los visitantes, ya sean nuevos en Broadway o amantes del teatro experimentados.
La historia de Chicago
Chicago vio la luz en Broadway en 1975, creada por el visionario director y coreógrafo Bob Fosse, junto con el talento musical del compositor John Kander y el letrista Fred Ebb. La producción original contó con talentos de primer nivel como Gwen Verdon en el papel de Roxie Hart, Chita Rivera en el de Velma Kelly y Jerry Orbach en el de Billy Flynn. Sus interpretaciones ofrecían una fascinante mezcla de descaro y talento que definía el carácter único del espectáculo.
Las tramas de Chicago, basadas en temas como la corrupción, la manipulación de los medios de comunicación y la búsqueda descarada de la fama, reflejaban la desilusión social de la década de 1970, una época marcada por los escándalos políticos y el cuestionamiento del sueño americano. Al establecer un inteligente paralelismo entre los famosos titulares de la era del jazz y los sentimientos contemporáneos, Chicago ofreció una atractiva mezcla de entretenimiento subrayada por un potente comentario social.
El reestreno del espectáculo en 1996, que continúa su célebre temporada en el Ambassador Theatre de Nueva York, consolidó su estatus legendario. La difunta Ann Reinking desempeñó un papel transformador en el renacimiento de Chicago, tanto como coreógrafa como protagonista. Protegida del singular talento de Bob Fosse, Reinking no solo heredó su estilo característico, sino que también infundió su propia sensibilidad artística en la producción. Su trabajo en el renacimiento rindió homenaje a la icónica coreografía de Fosse, al tiempo que aportó una interpretación fresca y matizada que resonó en el público contemporáneo.
A lo largo de los años, Chicago se ha asegurado un lugar en la historia con una deslumbrante lista de logros. Tiene el honor de ser el musical estadounidense más longevo de la historia de Broadway, lo que da fe de su atractivo perdurable y sus cualidades trascendentales. Con múltiples premios Tony en su haber, el reestreno de Chicago ha conquistado los corazones de millones de personas, manteniendo su posición como una obra de arte teatral atemporal y un elemento muy querido en el panorama cultural de la ciudad de Nueva York.
El legado de su arte
Chicago cuenta con una banda sonora repleta de números memorables. Canciones como «All That Jazz», «Cell Block Tango» y «Razzle Dazzle» no solo definen el núcleo narrativo del espectáculo, sino que también extienden su influencia más allá del teatro. «All That Jazz», con sus ritmos sensuales y sus seductoras letras, marca el tono del mundo del Chicago de los años veinte. «Cell Block Tango», conocida por su estilo narrativo único, en el que las reclusas relatan sus crímenes, ofrece una visión oscuramente cómica de cada personaje con un ingenio y un ritmo agudos. Por su parte, «Razzle Dazzle» personifica el tema del engaño glamoroso, mostrando cómo el espectáculo puede atrapar al público, lo que refleja el comentario del musical sobre la manipulación de los medios de comunicación. El impacto de estas canciones ha traspasado los límites del escenario, convirtiéndose en elementos básicos de la cultura pop y siendo interpretadas con frecuencia en diversas adaptaciones y medios de comunicación.
Por su parte, la distintiva coreografía de Bob Fosse es un elemento característico de Chicago, que se distingue por su meticulosa precisión y su seductor estilo. Su influencia es evidente en las poses exageradas, los aislamientos nítidos y la articulación sensual que se han convertido en señas de identidad del espectáculo. El «estilo Fosse» sigue inspirando y dando forma a la coreografía de Broadway, influyendo en generaciones de bailarines y creadores. Esta mezcla de sofisticación y deslumbramiento no solo definió Chicago, sino que también dejó una huella duradera en Broadway en su conjunto, elevando el arte de la danza teatral.
El encanto atemporal de Chicago
En esencia, Chicago es una narrativa rica en temas relacionados con el crimen, las celebridades y el sensacionalismo mediático. La trama sigue la historia de Roxie Hart y Velma Kelly, dos asesinas del vodevil que compiten por la atención del público —y de su astuto abogado— para escapar de sus condenas de prisión. El musical profundiza en cómo se sensacionalizan el crimen y el escándalo, convirtiendo a los criminales en famosos y cuestionando la integridad del sistema judicial. Estos temas del espectáculo público y la manipulación mediática resuenan en el público moderno con la misma fuerza que cuando se escribió el espectáculo, reflejando una época en la que la cultura de las celebridades y las noticias sensacionalistas siguen dominando la conciencia pública.
Chicago ha tenido su cuota de poder estelar, con numerosos actores y celebridades notables que han pisado el escenario del Playbill. A lo largo de los años, la producción ha contado con actuaciones de estrellas como Bebe Neuwirth, Usher, Melanie Griffith, Brandy Norwood, Billy Ray Cyrus, Jennifer Nettles, Brooke Shields, Ariana Madix y Pamela Anderson, entre otros. El encanto de Chicago se ve amplificado por la oportunidad de ver a estos célebres intérpretes dar vida a los complejos personajes de Roxie, Velma y Billy Flynn. La sucesión de grandes talentos contribuye al encanto perdurable del espectáculo, atrayendo a un público ansioso por ver cómo cada nueva estrella interpreta estos papeles atemporales.
Haz de Chicago parte de tu propia historia
Ver Chicago en el escenario es como adentrarse en una parte audaz y descarada del alma teatral de Nueva York. Con su historia atemporal, su deslumbrante coreografía y su evocadora música, el espectáculo captura la esencia de Broadway, lo que lo convierte en una obra destacada tanto para los recién llegados como para los aficionados al teatro más experimentados. Su rica historia y su sorprendente arte ofrecen una experiencia cultural que refleja el espíritu perdurable de la legendaria escena teatral de la ciudad.
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Para mejorar tu experiencia en Broadway, te recomendamos que explores el animado distrito de los teatros. Disfruta de una comida en restaurantes de renombre como Sardi's o Carmine's antes del espectáculo, o da un paseo por la emblemática Times Square para empaparte de la energía palpitante y las brillantes luces de la ciudad. Después de la función, puedes optar por dar un tranquilo paseo hasta el Rockefeller Center o disfrutar de un cóctel después del teatro en uno de los muchos bares cercanos. Estas atracciones complementan la experiencia de Chicago, completando un día perfecto en la ciudad de Nueva York.