Conocido por sus musicales, dramas y comedias, Broadway también ha incursionado en lo macabro con una serie de producciones más sombrías. Este lado oscuro del teatro nos ha brindado algunos de los espectáculos favoritos de los fans y fantásticas interpretaciones. Dos producciones destacan por su perdurable popularidad: La Tienda de los Horrores y Hadestown. Aunque su tono es muy diferente, ambos espectáculos demuestran que, cuando se hacen bien, los relatos siniestros pueden convertirse en un elemento básico del teatro musical.
La Tienda de los Horrores nació como una película de comedia negra de bajo presupuesto en 1960, pero no fue hasta la adaptación musical en Broadway en 1982 cuando cobró todo su sentido. La obra gira en torno al manso Seymour, que trabaja en la floristería Mushnik's Skid Row Florists. Seymour se topa con una extraña y exótica planta, a la que llama Audrey II en honor a su compañera de trabajo y objeto de su afecto, Audrey. Sin embargo, Audrey II no es una planta ordinaria, ya que exige ser alimentada con sangre humana. A medida que crece, su apetito se vuelve insaciable, llevando a Seymour por un oscuro camino.
A lo largo de los años, La Tienda de los Horrores se ha representado con éxito en varias ocasiones, dentro y fuera de Broadway. Su mezcla de humor, terror y melodías pegadizas inspiradas en el doo-wop la han convertido en una de las favoritas de los fans. Sus estrafalarios personajes, en especial la sanguinaria Audrey II, se han convertido en iconos del teatro musical. Cada nueva producción de La Tienda de los Horrores, aunque mantiene los elementos básicos que la hacen tan querida, aporta su propio estilo.
La creación de Audrey II, la planta devoradora de hombres, es sin duda uno de los aspectos más singulares y desafiantes de la puesta en escena de La Tienda de los Horrores. A lo largo de los años, el diseño de Audrey II ha evolucionado, haciéndose cada vez más complejo. Al principio, Audrey II era una marioneta relativamente sencilla, pero a medida que avanzaba la tecnología, también lo hacía la planta. La producción actual presenta una serie de marionetas más intrincadas que requieren varios operadores para darles vida. Construida por Monkey Boys Productions bajo la dirección de Nicholas Mahon, esta monstruosa planta nunca deja de provocar escalofríos en el público.
El vestuario y la escenografía, inspirados en los años 50, también contribuyen a crear un ambiente nostálgico y extrañamente intemporal. Los trajes de los personajes, desde el atuendo de empollón de Seymour hasta el icónico vestido blanco de Audrey, son reconocibles al instante y ayudan a anclar la historia en su época. Por su parte, el diseño escénico de Julian Crouch crea un mundo que es a la vez familiar y extrañamente extraño.
La banda sonora de La Tienda de los Horrores es tan protagonista como Seymour, Audrey o incluso Audrey II. Impregnada de la energía contagiosa del rock and roll de los años 60 y de los ritmos conmovedores de la Motown, la música es un elemento clave que distingue al espectáculo de otras producciones de terror. La partitura, compuesta por Alan Menken y con letra de Howard Ashman, ofrece un abanico de melodías pegadizas que van desde la alegre canción del título hasta la inquietantemente bella "Somewhere That's Green". El contraste entre las alegres canciones, a menudo humorísticas, y la oscura trama, cada vez más terrorífica, crea una tensión que mantiene al público al borde de sus asientos.
Otra sombría joya de Broadway es Hadestown, un musical ganador de un premio Tony® que da vida a una historia inspirada en la antigua mitología griega. La historia nos presenta al idealista poeta Orfeo y a su amada musa, Eurídice, mientras los amantes se enfrentan a las penurias y a la promesa de una vida mejor en el inframundo, más conocido como Hadestown. Atraída por el encanto de la estabilidad, Eurídice cede ante el carismático Hades, dios del inframundo, y desciende a su reino, lo que hace que Orfeo se embarque en una búsqueda para recuperar su amor, armado únicamente con su música. Simultáneamente, asistimos a la tensa relación entre Hades y su esposa, Perséfone.
El viaje de Hadestown a Broadway es un cuento en sí mismo, cuyas raíces se remontan a 2006. El espectáculo comenzó como un proyecto de teatro comunitario en Vermont, concebido por la cantautora Anaïs Mitchell. El álbum conceptual de Mitchell, que interpretó en concierto, mezclaba elementos de folk, jazz y blues y acabó captando la atención de la directora Rachel Chavkin. Juntas, Mitchell y Chavkin iniciaron el proceso de transformar el álbum conceptual en una producción escénica en toda regla. La primera versión teatral de Hadestown se estrenó en el New York Theatre Workshop en 2016. A continuación, el espectáculo cruzó el Atlántico para una temporada con todas las entradas agotadas en el National Theatre de Londres. En 2019, Hadestown hizo su debut en Broadway en el Walter Kerr Theatre.
La escenografía y el vestuario de Hadestown son componentes clave que contribuyen a la estética oscura del musical. La escenografía de Rachel Hauck es una proeza de innovación, que ofrece un mundo industrial ricamente texturizado que recuerda a una fábrica rústica de la era de la Depresión. Una plataforma giratoria que gira sin cesar, una escalera de caracol descendente y el uso atmosférico de lámparas e iluminación cenital crean un ambiente íntimo y expansivo a la vez, que transporta al público al inframundo y viceversa.
El diseñador de vestuario Michael Krass canaliza el mismo espíritu en la vestimenta de los habitantes de Hadestown. Los trabajadores del inframundo, sin rostro y obedientes, visten monos y botas de trabajo, reflejando la naturaleza mecánica de su existencia. Hades, el soberano de este reino, destaca con su elegante traje de negocios, que emana un aura de autoridad y control. Su esposa, Perséfone, aporta un toque de vitalidad a la paleta monocroma, ya que su atuendo cambia con las estaciones, reflejando su dualidad como diosa del inframundo y de la vegetación. Los trajes de Orfeo y Eurídice evolucionan con su viaje. Orfeo comienza como un poeta despreocupado con su sencillo atuendo, mientras que el vestido de Eurídice refleja su lucha contra la pobreza. A medida que avanza la narración, el descenso de Eurídice a Hadestown la lleva a vestir un uniforme de obrera, y su individualidad se pierde en el inframundo. La transformación de Orfeo está marcada por un abrigo, que simboliza su determinación de enfrentarse al frío y recuperar su amor.
Vivir La Tienda de los Horrores y Hadestown en directo es una emocionante aventura en la que todo aficionado al teatro debería embarcarse. La creatividad y la artesanía de estas producciones sólo pueden apreciarse plenamente en vivo. Así que, tanto si eres un avezado aficionado a Broadway como un recién llegado al mundo del teatro, no dudes en ver estos espectáculos. Prepárate para asombrarte, divertirte y quizás asustarte un poco mientras exploras el lado más oscuro de Broadway.